viernes, 4 de septiembre de 2009

Fotográficamente capturado

Fotográficamente capturado, mi alma quedó plasmada,
Estoicamente reacio al paso del tiempo y al recuerdo,
Planchando hojas secas de antiguos escritos, para ver, en una de esas hay algo, un color sepia, una frase, un sentimiento escondido, un recuerdo, la necesidad de trascender, de ser recordado,
Casi una necesidad de inmortalidad. Plantar un árbol. Tener hijos…que se yo. Ay tata viejo, despejame la mente gastada de dolores, no, mejor dejá, a ver si me quedo sin nada.
Estoy acá sentadito.
Como en un pupitre de madera repujado en nombres, como en la primaria, es fantástico, se van tan rápidos los segundos que se convierten en años. Los puños del guardapolvo blanco
Los dedos con tinta, el olor a bananas de mí portafolios.
Una foto de un niño desesperado buscando al mediodía un plato de arroz, salchichas fritas, una milanesa.
Ese mimo al estómago de mi madre.
Mi cama, cueva, mina de oro, barco bucanero.
Castillo de sir Lancelot, selva de Bomba, el hijo de Tarzán.
Y mi linterna...
Que me ayudaba a ver las hojas amarillas de mis libros, tapado hasta la cabeza.
Leyendo hasta tarde, y el reto cotidiano de, nene cortala con la lectura, a dormir, que mañana está el colegio.
Cuantas fotografías y yo viviendo años sin cámara de fotos…
Y sin memoria.